la primera vez que fui a
bailar
a los catorce años
me enamoré perdidamente
de una chica de anteojos
de marcos gruesos
y de vestido
ingenuo y adorable
por supuesto que no
le fui a hablar
pero más de una vez
se apareció en mis sueños
como una suerte de
wendy para
un peter pan que al fin
había crecido
bello texto
ResponderEliminar